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Modorro

Salma Joch

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Escenario

Querido Diario: Se está criticando el regreso prematuro a las oficinas durante la pandemia COVID-19 en un México con apenas un aproximadamente 6% de vacunados solo de primera dosis. Lo que ocasionará un repunte en las cifras de infectados. Hoy fue otro día común y corriente. Fui a la oficina y no pude terminar el trabajo que me pidió mi jefe, estaba muy difícil y me gritó. Casi lloro, no entiende que solo tengo 26 años. Quisiera volver a ser estudiante y sacar 100 en todos mis exámenes. Desde que terminaron de vacunar a todos hace 2 años, tuve que ir a la oficina presencialmente y ahí no me sirve de nada poner post-its en la pantalla con respuestas como lo hacía en la carrera. El jefe tampoco me quiere explicar cómo hacer mi trabajo, está viejo y amargado. Pero antes de dormir voy a ponerme a buscar tutoriales para ver si lo entiendo. No logro concentrarme, estaba tan acostumbrada a trabajar con una cerveza en la izquierda y un cigarro en la derecha. Esta mañana tuve que volver a imprimir unos documentos porque justo antes de entregarlo me di cuenta de que había manchado una hoja de polvo rojos de cheetos flamin hot, creo que no debería comer mientras trabajo tampoco.

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Hablando más en serio, estoy pensando en renunciar. Soy una máquina tragamonedas que no tiene un propósito claro. Estaba en mi break y me di cuenta de que nunca hice nada de lo que quise hacer de joven. No tuve ninguna de mis graduaciones, solo tengo cuentos urbanos de lo que solían ser los antros antes de la pandemia. Aún le enciendo su veladora a Santa Natalia, la patrona del Covid en México. Es tan milagrosa que pasó de ser Sierva de Dios a Santa en cuestión de 3 años después de que falleció al curar al último niño de su comunidad, dejando olor a rosas. Antes solía pedirle que el proceso de vacunación se acelerara, pero comoquiera terminé siendo vacunada apenas hace 2 años. Los fantasmas de mi juventud no vivida me atormentan cada que hay un momento de silencio, siento que me arrebataron un capítulo de mi vida y colocaron en esta oficina.

Concepto

Modorro es una prenda hecha de almohadas para estudiantes recién graduados, ahora oficinistas, que tomaron la mayor parte de sus estudios en cama. La asociación que se tiene con cama-espacio de trabajo necesita ser explotada mediante un objeto que detone dicho recuerdo al estar en la oficina. Con la preocupación de que las generaciones de profesionistas recién egresados no estuvieran lo suficientemente capacitados para trabajar por haber pasado gran parte de sus estudios en línea en un sistema educativo que no les ayudó, las empresas están desesperadas por adquirir herramientas que ayuden a sus nuevos trabajadores a ser productivos y eficientes. Por eso, Modorro es una prenda cómoda que transmite privacidad junto con un sentido de seguridad al usarla, ayudando a los oficinistas a desenvolverse mejor en sus labores. Su dimensión y textura ayudan al trabajador a sentirse protegido y acogido para evitar distracciones causadas por un nuevo y constantemente cambiante ambiente de trabajo.