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José De La O

El Chisme de las Cosas  

El internet de las cosas tiene la promesa de un ambiente donde cada espacio y cada objeto podrá obtener información de todo lo que pasa a su alrededor y además comunicará dicha información a su ves con otros espacios y objetos. Y aunque el internet de las cosas capturará información de todo el ambiente (incluyendo a si mismo), mantendrá su atención en un sólo protagonista: El Humano.

Si al internet de las cosas no le interesa tanto hablar de si mismo, le interesará ampliamente hablar del humano. Cada objeto, cada espacio que con una pasividad aparente leerá nuestro comportamiento y lo comunicará con sus objetos compañeros. De donde venimos, a donde vamos, cuanto nos tardamos, en fin, los objetos y los espacios chismearían sobre nosotros a nuestras espaldas.

Pero para que exista un verdadero internet de las cosas, se necesita que cada plataforma se pueda comunicar con el mismo protocolo. Y para que todo tenga un mismo protocolo de comunicación, cada objeto y espacio tendría que ser parte de una misma plataforma.

Al día de hoy, cuando las compañías mas importantes de tecnología crean sus propios dispositivos, el humano puede, en cierta manera, escoger quién va a chismear sobre él. Amazon chismea sobre nosotros con Alexa, Apple con Siri, Google con Google Home. Pero estos sistemas chismosos cerrados pueden ser un tanto limitantes: Siri no chismea con Alexa.

Esto hace que la promesa del internet de las cosas sea un tanto limitada, cumpliendo con la preferencia de consumo de cada humano. Pero si eliminamos el mercado competitivo del internet de las cosas y lo substituimos con un monopolio, tenemos un excelente campo de cultivo para que esto suceda. 

En México, al tener una economía oligárquica, se pudiera esperar que en 30 años, la oligarquía se convirtiera en un monopolio total regido por empresas de telecomunicación. En México del 2030, existirá un monopolio donde la misma compañía será dueña de las comunicaciones, el entretenimiento, el retail, los bancos, y educación. Por lo mismo, muchas personas del México del 2013 terminarán trabajando para esta compañía. 

En estos ambientes de trabajo donde existirá una red de comunicación -el chisme de las cosas- todos los objetos y los espacios estarán chismeando sobre nuestro desempeño laboral. El monitor vigilará que estemos trabajando, nuestro teclado o ratón de computadora serán sensores que medirán nuestra productividad, la pluma sabrá que escribimos. La combinación de estos sensores será la que sabrá si estaremos en nuestro lugar de trabajo o no.

Entonces, ¿Cómo el empleado del futuro cercano combatirá el chisme de las cosas? ¿Qué tipo de tecnología utilizará que no sea corruptible/influenciada por el chisme de las cosas? 

Studio José de la O diseñó tres objetos hipotéticos que pueden engañar al sistema y para que el empleado del futuro tenga tiempo personal en la oficina.

Un dispositivo puede engañar a un lápiz hiperconectado tocando constantemente la superficie del escritorio, lo que lleva al lápiz a suponer que el empleado dedicado está constantemente a punto de escribir una idea.

Otro dispositivo puede engañar al mouse de la computadora para que parezca que se desplaza constantemente, como si el empleado estuviera leyendo un PDF sin fin.

El último dispositivo podría simular el movimiento que hacen los ojos al leer algo en una pantalla, engañando así a los sensores de reconocimiento facial del sistema informático.

Juntos, estos tres artefactos trabajarán para engañar al chisme de las cosas, ofreciendo al empleado abrumado minutos preciosos de simplemente no hacer nada.

www.studiojosedelao.com